Sidonie y Love Of Lesbian, tándem de éxito

12/10/2011 Interpeñas, Zaragoza. Galería de fotos en flickr.

No empezábamos bien la noche cuando nadie se aclaraba con el horario de inicio de Sidonie, primeros en salir a escena. Que si las diez, que si las nueve y media. Al final, nos perdimos las dos primeras canciones. Sobre las diez menos cuarto arrancaron.

La presentación de los nuevos temas del trio catalán no podía ser mejor. Sacan a la venta El Fluido García este mismo mes. “La vuelta a lo que mejor sabemos hacer”, en palabras de ellos mismos, rock psicodélico. Rock, al fin y al cabo. El tándem que forman Jes y Axel es soberbio. De hecho, el Rickenbacker se mete en el cuerpo y no te deja parar ni un instante. La energía que transmite, la complicidad con el público y su entrega, hacen que se coma el escenario.

Canciones nuevas como Tormenta de Verano sacan lo mejor de ellos en el apartado vocal. Una auténtica delicia para los oídos. Se nota que les importa muchísimo este aspecto. En Un día más en la vida la voz de Miri Ros es maravillosamente sustituida por la del guitarra acompañante.

Al directo no le falta de nada, desde el Sitar de Jes a la levitación de Axel sobre la batería, pasando por los solos de guitarra de Marc.  Clásicos como Fascinado o Costa Azul  fueron los más coreados. Acaban con El Incendio , single que tantas alegrías les ha reportado, pero de un disco del que quieren hacer un punto y aparte para volver a la psicodelia que dominan, aunque yo, ésta, la entiendo más como una actitud. Toquen lo que toquen, siempre la van a tener.

Pasadas las once de la noche pisaban el inmenso escenario Love of Lesbian. El griterío era ensordecedor. Pancartas, disfraces, gafas de todos los tamaños. Lo típico entre el público “lesbiano”. La magia que se vive en sus conciertos es única, y teníamos por delante dos horas para comprobarlo.

Las primeras notas de Club de Fans de John Boy salen del teclado, y la gente se vuelve loca. Esta vez el sonido era bastante peor. Particularmente, la versión no me termina de convencer. Conforme avanzaba la noche la cosa mejoraba, sin lograr, sin embargo, desprenderme de la sensación de lejanía que daba la altura de la tarima. Aunque esto es una sensación muy personal que desde luego no compartieron los presentes en el concierto.

La carpa era un karaoke gigante de incondicionales. Tampoco voy a descubrir a estas alturas canciones de LOL. Espléndidas historietas, a veces cómicas, a veces tristes, pero escritas con un talento desbordante.

Al final, la clásica coreografía, cinta adhesiva en los pezones de Juanra, y el paseo triunfal aupados por los fans. Todo marca de la casa. De temas nuevos, nada. Más de uno y de dos seguimos esperando.